
Desde 2021 Pedro Pablo es parte de una de las escuelas europeas más renombradas en el repertorio barroco y de música antigua ubicada en Suiza: la Schola Cantorum Basiliensis. Conversamos con él sobre su experiencia y lo que significa para su carrera esta beca que le otorga Fundación Ibañez Atkinson y el apoyo de Amigos Teatro del Lago de Alemania (Freundeskreis)
¿Cómo fue tu primer año de estudios en la Schola Cantorum Basiliensis?
Acabo de terminar ya el primer año de mi carrera, finalicé mis exámenes y todo salió muy bien, estoy muy agradecido y aliviado de lo bien que lo he pasado y la facilidad con la que ha transcurrido este año. Obviamente el comienzo fue un gran desafío, el idioma, las clases tan ajenas a mis conocimientos y el ambiente diferente, pero poco a poco pude ir sintiéndome cada día mejor y más a gusto en mi universidad y la nueva ciudad, comprendiendo cada vez más mis asignaturas y todo lo que me rodeaba.
¿Cómo fue postular a la beca Ibáñez-Atkinson y en qué consiste?
Fue un proceso, tuve que hacer un gran informe sobre toda mi carrera y lo que significa para mí estudiar en Suiza, tuve que recopilar información y escribir sobre los detalles de todo y mi posible futuro. La beca a grandes rasgos consiste en apoyo económico, pero significa también el respaldo de contar con un nexo musical de una institución de Chile y eso es un alivio cuando uno está lejos de casa, el no sentir que uno está en esto solo. Para mí ganarla refleja una gran confianza y fe en mi trabajo, que para cualquier artista es un regalo y un alivio. Saber que alguien cree en ti y está dispuesto a ayudarte y apoyarte, es importantísimo. Yo me siento muy agradecido.
También este año recibiste al apoyo de Freundeskreis , Amigos Teatro del Lago de Alemania, ¿cómo fue ello?
Recibí esta ayuda en un momento duro económicamente así que fue un aporte tremendamente significativo, con eso pude seguir cumpliendo mi sueño. Les estoy muy agradecido.


¿Cómo te ves a futuro profesionalmente?
Al estar estudiando canto lírico, obviamente me veo cantando mucha ópera y música docta como oratorios y misas. Uno puede esperar solamente que el mundo nos de oportunidades y que uno las sepa aprovechar al máximo para poner en práctica todo lo aprendido y poder hacer lo que uno ama. De todas maneras estoy en una posición totalmente privilegiada en mi lugar de estudio y puedo decir que se me ha abierto un mundo muy amplio de posibilidades, del cual estoy agradecido infinitamente.
¿Qué te permitió la Escuela de las Artes que ves en tu presente?
Yo veo mis enseñanzas diariamente, obviamente en las bases de mi aprendizaje teórico, sin el cual yo no podría ser capaz de comprender todas mis clases en Suiza, que ya son un desafío de por sí. Veo también todo el trabajo de equipo y la comunidad sana que había en la Escuela de las Artes, la veo reflejada en mi manera de ver las cosas, de actuar frente a situaciones difíciles y de comunicarme con mis compañeros. Tengo muchas suerte de salir de una comunidad tan querendona y pacífica como Teatro del Lago, y tengo aún más suerte de haber llegado a Suiza, a una comunidad con los mismos atributos.